Beber agua frecuentemente (salvo indicación sanitaria). No esperar a tener sed para hacerlo.
Evitar bebidas con cafeína, alcohol o muy azucaradas.
Hacer comidas ligeras.
Buscar lugares frescos, a la sombra o climatizados.
Evitar el ejercicio al aire libre en las horas centrales del día.
Usar ropa suelta, ligera y de color claro.
Bañase o ducharse con agua templada para refrescarse.
Guardar las medicinas en un lugar fresco. El calor puede alterar su composición y sus efectos.
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